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La supuesta esquizofrenia de Juana I de Castilla: entre el mito histórico y la realidad clínica
La figura de Juana I de Castilla, popularmente conocida como "Juana la Loca", ha sido objeto de fascinación y controversia durante siglos. Su vida, marcada por intrigas políticas, tragedias personales y un prolongado confinamiento, ha generado numerosos intentos de diagnóstico retrospectivo, entre los que destaca la hipótesis de la esquizofrenia. Sin embargo, un análisis riguroso de las fuentes históricas y los criterios psiquiátricos actuales revela que esta equiparación carece de fundamento científico y responde más a narrativas culturales que a evidencias médicas. Este estudio explora la compleja interacción entre la construcción histórica de la "locura" regia y los desafíos que plantea la aplicación anacrónica de categorías diagnósticas modernas.
Contexto histórico y construcción biográfica
La dinámica del poder en la Castilla del siglo XVI
Juana I de Castilla (1479-1555) se convirtió en heredera al trono tras las muertes sucesivas de sus hermanos mayores, un giro del destino que la colocó en el centro de las ambiciones políticas europeas. Su matrimonio con Felipe de Habsburgo ("el Hermoso") en 1496 respondió a estrategias de alianza entre las coronas de Castilla y el Sacro Imperio Romano Germánico, pero pronto se convirtió en un escenario de conflicto personal e institucional. Las crónicas contemporáneas describen episodios de celos obsesivos hacia las infidelidades de Felipe, conductas que algunos autores interpretaron posteriormente como manifestaciones tempranas de enfermedad mental.
El fallecimiento repentino de Felipe en 1506 y el posterior peregrinaje de Juana con su cadáver desde Burgos hasta Granada -viajando exclusivamente de noche y rechazando separarse del féretro- se convirtieron en el episodio paradigmático de su supuesta locura. Sin embargo, análisis recientes subrayan cómo este comportamiento, aunque extraordinario, podría interpretarse como una expresión de duelo patológico en el contexto de la cultura mortuoria bajomedieval, donde la exhibición pública del dolor formaba parte de los rituales aristocráticos.
La instrumentalización política de la salud mental
La declaración de incapacidad de Juana en 1506, seguida de su reclusión primero en el castillo de La Mota y posteriormente en Tordesillas, constituye un caso paradigmático de uso político de la enfermedad mental. Documentos de la época revelan cómo tanto su padre Fernando el Católico como su hijo Carlos I utilizaron argumentos psiquiátricos para justificar la regencia, en un contexto donde la idea de monarquía femenina generaba profundas resistencias institucionales. El relato de su "locura" se consolidó a través de crónicas oficiales que magnificaban episodios de irritabilidad o aislamiento, mientras omitían largos periodos de lucidez política, como atestiguan comunicaciones diplomáticas donde Juana demostraba plena conciencia de su situación.
Análisis sintomatológico comparativo
Criterios diagnósticos de la esquizofrenia (DSM-5)
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la esquizofrenia requiere la presencia durante al menos un mes de dos o más de los siguientes síntomas: delirios, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento catatónico o gravemente desorganizado, y síntomas negativos como aplanamiento afectivo o abulia. Además, estos deben persistir durante seis meses con deterioro significativo del funcionamiento social u ocupacional.
Síntomas atribuidos a Juana I
Las fuentes históricas coinciden en describir en Juana:
1. Episodios de celos obsesivos hacia Felipe el Hermoso
2. Conductas ritualizadas en torno a la muerte de su esposo
3. Aislamiento social progresivo
4. Negativa a cambiar de ropa durante largos periodos
5. Supuesta resistencia al proceso de descomposición del cadáver real
Ninguno de estos comportamientos se corresponde directamente con los criterios diagnósticos actuales. Los celos, aunque patológicos, constituyen un síntoma inespecífico que aparece en múltiples trastornos. Las conductas relacionadas con el duelo, aunque extremas, carecen de elementos psicóticos como alucinaciones o delirios sistematizados. El aislamiento social podría explicarse por el confinamiento impuesto más que por síntomas negativos de esquizofrenia.
Diagnósticos alternativos desde la psiquiatría moderna
Reevaluando los datos con criterios actuales, varios investigadores proponen cuadros diferentes:
• Depresión mayor con rasgos psicóticos: La pérdida sucesiva de seres queridos (hermanos, madre, esposo) y el aislamiento forzado podrían haber desencadenado un episodio depresivo grave con manifestaciones atípicas.
• Trastorno obsesivo-compulsivo: Los rituales en torno al cadáver y la inflexibilidad conductual sugieren posibles compulsiones.
• Síndrome de Estocolmo doméstico: Algunos autores modernos interpretan su apego a Felipe como respuesta al maltrato psicológico continuado.
La cuestión de género en el diagnóstico histórico
Patologización del poder femenino
El caso de Juana ilustra cómo los estereotipos de género influyeron en la percepción de su salud mental. Mientras los monarcas varones con conductas excéntricas (como Carlos II "el Hechizado") mantuvieron su autoridad formal, Juana fue declarada incapaz basándose en comportamientos que, en un hombre, se habrían interpretado como muestra de carácter. Esta diferencia refleja los prejuicios de la medicina renacentista, que asociaba la "histeria" femenina con la fragilidad constitucional del útero ("hystera" en griego).
Romanticismo y mitificación literaria
La imagen de Juana como "mujer loca de amor" se consolidó en el siglo XIX a través de obras literarias y pictóricas que reinterpretaron su historia desde una óptica romántica. Este relato, ejemplificado en el cuadro "Juana la Loca" de Francisco Pradilla (1877), transformó la complejidad política de su reinado en un drama sentimental, oscureciendo las dimensiones institucionales de su confinamiento.
Metodología de los diagnósticos retrospectivos
Limitaciones de la psiquiatría histórica
El intento de diagnosticar figuras históricas plantea desafíos epistemológicos fundamentales:
1. Sesgo de las fuentes: Los relatos sobre Juana proceden mayoritariamente de cronistas al servicio de sus oponentes políticos, cuyo interés en desacreditarla es evidente.
2. Cambios nosológicos: Conceptos como "melancolía" o "frenesí" usados en el siglo XVI no equivalen a categorías diagnósticas modernas.
3. Ausencia de examen clínico: La falta de registros médicos contemporáneos impide aplicar criterios diagnósticos actualizados.
El caso Vallejo-Nágera: psiquiatría y propaganda
El psiquiatra Juan Antonio Vallejo-Nágera, en su obra "Locos egregios" (1975), popularizó la teoría de la esquizofrenia en Juana I. Sin embargo, su análisis debe contextualizarse dentro del marco ideológico del nacionalcatolicismo español, que buscaba reforzar narrativas sobre la inestabilidad inherente al poder femenino. Estudios recientes demuestran cómo su metodología carecía de rigor histórico, confundiendo metáforas literarias con síntomas clínicos.
Juana I en el debate sobre salud mental
En los últimos años, colectivos feministas y profesionales de la salud mental han reivindicado a Juana como símbolo de la estigmatización histórica de las mujeres. Su caso se analiza en cursos sobre perspectiva de género en psiquiatría, ilustrando cómo los prejuicios sociales pueden medicalizar respuestas normativas a situaciones de opresión.